Carácter: Estos lagartos son aptos para adolescentes y adultos, no requieren grandes cuidados. Son animales diurnos y su pronóstico de vida ronda entorno a 10 años y suelen llegar a medir hasta un máximo de 60 cm.
Son felices viviendo solos, aunque si deseas tener más de
uno, ten en cuenta que las hembras suelen convivir mejor entre ellas, los machos
son más agresivos y se pelean.
Trato con personas: Una vez cómodos con sus dueños parecen
disfrutar cuando se les coge y pueden tranquilamente quedarse apoyados sobre
tus piernas, hombros o mano.
No muerden y no suelen arañar.
El método para manejarlo es el siguiente: “Debes cogerlo firmemente
alrededor de los hombros mientras que con la otra mano soportas el peso de su
cuerpo”
IMPORTANTE: lávate las manos con agua y jabón después de
manipular al animal o su entorno, no lo beses ya que corres el RIESGO DE
CONTRAER SALMONELLA.
Hábitat: No necesita una gran cantidad de espacio, y sus
necesidades se pueden cubrir en cualquier hogar. Son originarios de los cálidos
desiertos de Australia central por lo que necesitan vivir en un terrario
acondicionado para ello (aprox. unos 90 cm).
El ambiente debe ser siempre monitorizado, controlando en
todo momento la temperatura del hábitat (luces encendidas entre 12 y 14 hrs) y
se debe separar el hábitat en una zona caliente y fría (unos 20 y 25º). Por la
noche no debe bajar de los 15º.
La luz ultravioleta es muy importante para ellos porque les
permite absorber calcio.
Es importante MANTENER LA HUMEDAD Y VENTILACIÓN ADECUADA
Juego: Los reptiles se estimulan cuando deben capturar
insectos vivos en sus jaulas.
Alimentación: Al contrario de la mayoría de reptiles, los
ejemplares adultos comen vegetales frescos. Estos deben ser tomados diariamente
alternándolos con insectos, en cambio cuando son pequeños la base de su
alimentación se basa principalmente en insectos.
NOTA: Los insectos deben ser más pequeños en longitud que la
distancia entre los ojos de nuestra mascota.